Capitalismo gore: una distopía de la globalización económica
Tijuana, BC.- La violencia extrema convive con la vida cosmopolita en Tijuana, una ciudad donde no es inusual encontrar maletas con restos humanos o presenciar escenas macabras en plena vía pública. Sayak Valencia denominó como “capitalismo gore”, un término que describe el derramamiento de sangre explícito como un precio de la globalización económica en el mundo subdesarrollado. Esta mezcla de lo legal e ilegal, de lo moderno y lo violento . En su libro, Valencia señala que este fenómeno es un reflejo de las lógicas capitalistas y de la violencia como herramienta de control y poder.
Creciente inseguridad y violencia persistente
El 13 de agosto, en el libramiento Rosas Magallón, se encontró una maleta con el cuerpo de una mujer, lanzada desde una camioneta en movimiento. Este no fue un hecho aislado. Tres días antes, en la colonia Niño Artillero, apareció un coche con un cadáver y un mensaje de un cártel, lo que llevó al secretario general de Gobierno de Tijuana, Miguel Ángel Bujanda, a renunciar y salir de la ciudad por motivos de seguridad.
A pesar de estos episodios, la ciudad continúa con sus actividades cotidianas. Se preparan para el Tianguis Turístico 2025, mientras los residentes enfrentan esperas de hasta tres horas para cruzar la frontera más concurrida del mundo, a solo 24 kilómetros de San Diego.
Historial de violencia y descomposición social
La violencia en Tijuana no es un fenómeno nuevo; ha sido parte de su historia por décadas. Las guerras entre cárteles, especialmente durante el periodo de 2008 a 2010, dejaron una huella profunda en la ciudad. La tasa de homicidios se disparó, alcanzando 80 muertos por cada 100 mil habitantes en 2010, cuatro veces el promedio nacional. La sociedad, endurecida por la violencia constante, ha normalizado escenas de desmembramientos y cadáveres colgando de puentes.
Investigaciones como las de Samantha Bennetts González en el Colegio de la Frontera Norte (Colef) detallan la evolución de la violencia homicida en Tijuana desde 1990 hasta 2020. Bennetts encontró discrepancias en los registros oficiales de homicidios y una ineficiencia persistente en la investigación de casos, especialmente en los feminicidios, cuyo número ha aumentado desde 2015.
La realidad de la fosa común
En la fosa común de Tijuana reposan los restos de unas 10 mil personas, la mayoría de ellas sin identificar. La violencia está concentrada en áreas como el centro y la zona norte, con una densidad promedio de 62 homicidios con arma de fuego por kilómetro cuadrado entre 2008 y 2020.
Un ciclo sin fin: violencia y economía
Expertos señalan que la violencia en Tijuana no solo se perpetúa por los conflictos entre cárteles, sino que también es alimentada por una economía que se beneficia del derramamiento de sangre. En una ciudad donde la vida y la muerte se comercializan, matar se ha convertido en un trabajo más para algunos, mientras el tejido social continúa descomponiéndose. La pregunta persiste: ¿Tiene arreglo Tijuana? Para muchos, la respuesta pasa por una transformación profunda, tanto política como social y cultural, que desafíe las narrativas que han normalizado la violencia y el desprecio por la vida.