octubre 17, 2024
Cada noviembre, las flores se convierten en el centro del Día de Muertos en México. Durante esta celebración, el cempasúchil, el crisantemo y la flor de terciopelo adornan altares y tumbas, llenando de color y significado este homenaje a los difuntos.
Cempasúchil: la flor de 20 pétalos
El cempasúchil, con su vibrante color amarillo, es emblemático del Día de Muertos. Los mexicas la eligieron por su tono que evoca al sol, simbolizando vida y energía. Esta flor es un componente esencial de los altares, marcando el camino para que las almas regresen a reencontrarse con sus seres queridos.
Crisantemo y terciopelo: respeto y eternidad
En otras culturas, como la española y la francesa, los crisantemos representan respeto y eternidad. En México, la flor de terciopelo, o “mano de león”, es popular durante esta temporada. Asociada con el “Xantolo” en la región Huasteca, el terciopelo destaca por su color rojo intenso.
Simbolismo del color
Las flores del Día de Muertos no solo aportan belleza, sino que también transmiten simbolismo. El amarillo simboliza el sol y la abundancia, el rojo representa el fuego y la independencia, mientras que el morado se vincula con la creatividad y el misticismo.
Honrar a los difuntos con colores y aromas
En México, los altares de muertos se adornan con flores, papel picado, velas y calaveras. Estos elementos combinan colores y aromas que dan vida a la memoria de los que han partido, ofreciendo un puente entre los vivos y los muertos en una celebración llena de significado.