Una vida dedicada a la fe y la lucha libre
La historia del Rey Apóstol, un luchador y sacerdote tamaulipeco, parece salida de una película. Inspirado por figuras como Fray Tormenta, el Padre Gustavo Becerra ha decidido combinar su pasión por la lucha libre con su misión de llevar el mensaje de fe y esperanza. Proveniente de la dinastía de luchadores “Kaomas”, su máscara simboliza su devoción: un apóstol con los brazos abiertos, una Biblia y una cruz, reflejando su camino hacia Dios.
El Padre Gustavo Becerra en Río Bravo
Recientemente, el Padre Gustavo Becerra llegó a Río Bravo como el nuevo vicario de la Parroquia San Juanita. Su doble faceta de sacerdote y luchador sorprendió a la comunidad local, quienes rápidamente compartieron la noticia. “Tenemos en Río Bravo al ‘Rey Apóstol’, el nuevo vicario que también es luchador”, se leía en las redes sociales.
Una misión dual: el altar y el ring
Después de cumplir con sus deberes sacerdotales, el Padre Gustavo se transforma en el Rey Apóstol para subirse al ring, llevando su mensaje de fe a través del deporte espectáculo. Inspirado por San Pablo y San Juan Bosco, considera que, al igual que en la lucha, la vida espiritual requiere preparación y disciplina. Su objetivo es “ahogar el mal a fuerza de bien”, utilizando la lucha libre como una herramienta para acercarse a la comunidad y transmitir valores cristianos.
Más que un sacerdote y luchador
Además de su labor religiosa y deportiva, el Padre Gustavo Becerra es licenciado en ciencias de la comunicación y trabajó como productor en el programa “Buenos Días” de Televisa Matamoros. Su historia es un ejemplo inspirador de cómo la fe y la pasión pueden unirse para fortalecer y motivar a una comunidad.