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Starbucks: La locura por el vaso rosa de Stanley

Starbucks ha vuelto a captar la atención de los aficionados a la cafetería y coleccionistas por igual con el lanzamiento de su nuevo vaso rosa Stanley. La introducción de este artículo ha generado una enorme demanda, llevando a largas filas y acaloradas discusiones entre quienes ansían agregarlo a sus colecciones.

La Locura por el Vaso Rosa

El fervor generado por este lanzamiento no se detuvo en las tiendas. Pronto, el mercado de reventa tomó protagonismo, con precios que superan con creces el valor original del vaso. A través de la plataforma X, los precios de reventa oscilan entre 3,299 y 3,998 pesos, sorprendiendo a la comunidad online.

Precio Original vs. Precio de Reventa

Resulta notable que el vaso rosa Stanley – Starbucks, cuyo precio original es de 890 pesos, haya alcanzado cifras tan elevadas en el mercado secundario. Este fenómeno subraya el valor que los coleccionistas y aficionados al café le asignan a los artículos de edición limitada de Starbucks, convirtiéndolos en objetos de deseo y especulación financiera.

La estrategia de marketing de Starbucks, combinada con la alta demanda de artículos coleccionables, ha creado una situación única donde la pasión por el café se encuentra con el mundo del coleccionismo. Esta no es la primera vez que un producto de Starbucks genera tal conmoción, pero sí resalta cómo artículos cotidianos pueden transformarse en codiciadas piezas de colección.

Mujeres Pelean por Termo Rosa Edición Especial

Según los primeros reportes, la riña sucedió en inmediaciones de la calle Virrey de Mendoza, de Morelia, Michoacán. En las imágenes se observa cuando una de las mujeres sale del establecimiento luego de comprar cuatro termos. Dicha acción provocó la furia de las personas que esperaban en la fila para conseguir uno de ellos. Sin embargo, una mujer no pudo contener su molestia, corre tras ella y la taclea por la espalda. Luego la toma del cabello y la tira al piso, lo que provoca que el café caiga por todo el lugar. Una vez en el suelo, le propina otros golpes en el rostro. Mientras algunas personas corren a separarlas, otras deciden grabar el momento y no perder su lugar en la fila.